domingo, 21 de septiembre de 2008

PC escolar portugués vendrá sin transferencia tecnológica

Organismos del Gobierno habían realizado ya un trabajo para producir el equipo en el país, pero esto genera muchas dificultades debido al origen de las patentes. Lo cuenta Heberto Alvarado. Así lo escribe en su "Tecnología en criollo" de este domingo en Últimas Noticias: Los últimos ocho minutos del Aló, Presidente del domingo pasado sirvieron para que el Primer Mandatario diera a conocer algunos de los detalles del acuerdo entre Portugal y Venezuela; en ese lapso, el tema principal fue la adquisición de los computadores Classmate de Intel, que en su versión portuguesa llevan el nombre de Magallanes.
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El Presidente complementó la primicia que dio Últimas Noticias tres semanas antes, cuando advertimos que se había alcanzado un acuerdo entre ambos gobiernos para la importación del equipo. En el anuncio se develaron los datos que nos faltó obtener, dado el recelo informativo de la fuente oficial: un millón de computadoras comenzarán a llegar en diciembre, de las cuales las primeras 500 mil se traerán "de paquete" desde Portugal y el resto se ensamblará en una fábrica mixta (luso-venezolana) que se instalará en algún lugar y en algún momento (ambos desconocidos por los periodistas).Sin embargo, y a pesar de reconocer que la adquisición acelera por lo menos en un año el inicio del ambicioso plan de uso de las tecnologías de la información por los estudiantes de educación básica –1º a 6º grados–, hay detalles que no son necesariamente ciertos y que deben ser aclarados.Primeramente, no existe transferencia tecnológica. ¿Por qué? Tanto Portugal, como Guatemala, Chile, Colombia y Brasil, por dar algunos ejemplos, han desarrollado un proyecto 100% autoría de Intel; corporación que en su ambicioso plan World Ahead aspira a llevar conectividad a mil millones de personas antes de que termine la primera década del siglo XXI. En este proyecto, Intel ha procurado que sean las empresas locales y los gobiernos de cada país los responsables de encaminar el plan.El negocio de Intel, por supuesto, es garantizar la compra de piezas y partes para el ensamblaje; a cambio, dan detalles vitales para el ensamblaje de los computadores. Se podría decir que es una relación ganar-ganar.En Venezuela, desde que el Centro Nacional de Innovación Tecnológica y Venezolana de Industrias Tecnológicas anunció la cooperación para producir el Classmate, se inició un trabajo arduo, nada sencillo. Primero, porque se debía acoplar el proyecto de Intel al decreto 3.390 de uso de software libre; es decir, había que hacer contenidos y éstos debían ser en plataformas totalmente abiertas y modificables. En la mayoría de los países el Classmate se realiza de la mano con Microsoft.Luego de dos años de trabajo, tanto el Centro Nacional de Tecnologías de la Información (Cnti), el Cenit, Fundabit y algunas universidades habían adelantado mucho y ya tenían resultados positivos. Resultados que tuvieron que detenerse para reiniciarlos con la meta de distribución Canaima, hecha en el Cnti y que se adecuaría al Classmate para hacerla apta para ser usada por niños.
Fuente:
http://www.cadenaglobal.com/noticias/default.asp?Not=191354&Sec=13

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